martes, 5 de febrero de 2013

Esoterismos


Tengo una amiga que cree en las energías, la fuerza cósmica y magufadas parecida. Mi creencia en las mismas es de menos cuarenta en una escala del cero al diez. Sin embargo la escucho, por respeto a sus creencias, y porque no quiero encerrarme en eso de lo que ahora tanto se habla: “mi verdad”. Quién sabe, a lo mejor algún día me demuestra que podría estar en lo cierto.

Como este día.

Un día se empeñó en hacerme lo que ella llamó algo así como “constelaciones familiares”, que consistía en que yo le hacía mi árbol genealógico, le explicaba un poquito de cada familiar, y ella interpretaba por qué yo era como soy, o algo así.

No recuerdo demasiado. Pero sí una cosa: “sabes por qué todas las mujeres de tu familia sois mujeres fuertes? Porque, si te das cuenta, en tu árbol genealógico muchas mujeres antecesoras tuyas se quedaron sin marido de repente, sin una referencia masculina, y tuvieron que tirar para adelante ellas solas con los niños y demás. Por eso todas pensáis que no os hace falta una pareja, ni un hombre a vuestro lado, ni es indispensable que seáis madres. Porque tenéis dormido vuestro instinto femenino primigenio al pensar que antes o después estaréis solas, y que no podéis contar con nadie más que con vosotras mismas”. O algo parecido.


Pensé: qué chorrada. Mi madre siempre quiso ser mi madre, y aunque mi hermana no (y ahora tiene dos niños) y yo tampoco (por entonces no era madre aún), mi hermana, al contrario que yo, siempre ha tenido parejas fantásticas y fuertes a su lado, nadie que la anule sino todo lo contrario. Pero sí que es verdad que hay varias mujeres solas en mi familia, casi el 50% de las que allí figuraban: mi padre se quedó huérfano con once años, así que le criaron entre su madre y su tía. Después perdió a su hermano por una leucemia cuando contaba con poco más de cuarenta años. Mi tía, la hermana de mi madre, se quedó viuda cuando su marido no llegaba a los cincuenta. Y esto se repetía en unos cuantos casos. También mi madre es viuda hoy en día, ha superado ya en más de diez años al que fue mi padre.  Será verdad que por eso las mujeres de esta familia somos fuertes? Tiene lógica si pensamos que, al haber sido criados por mujeres solas, fuertes e independientes, hayamos aprendido a ser fuertes e independientes también, y un punto solitarias de vez en cuando.

Me acordé de esta historia hace un par de días, cuando mi hermana me comunicó que finalmente su marido había fallecido en Tel Aviv, en pleno viaje de negocios, tras cuatro días entre la vida y la muerte.  Precisamente mi hermana es una de las mujeres más fuertes e independientes que conozco, pero había hallado en su pareja un compañero fabuloso que la quería, la apoyaba, la estimulaba, y compartían mil aficiones, casi todas ellas deportivas (montañismo, escalada, maratones, etc.), así como quería y estimulaba a sus dos hijos, de cuatro y siete años ahora mismo. El mayor completó  el verano pasado su primer fin de semana de escalada, llegando hasta la cumbre tras dos días de trepar por una cuerda y dando lugar a una de las fotos padre-hijo más bonitas que he visto en la vida. La pequeña consiguió hace poco su medalla de bronce por sus primeros mil metros en la montaña, su foto aún está en el perfil de facebook de mi cuñado. Se volcaba en disfrutar y alentar a sus hijos y a su mujer, era un hombre positivo y vital. Sin embargo llevaba una bomba de relojería dentro  y no lo sabía, y no ha habido fortaleza física ni vitalidad capaz de luchar contra ella.

Me pregunto si mi amiga, la esotérica, tenía razón y las mujeres de esta familia estamos “condenadas” a estar solas, por circunstancias de la vida, o por convencimiento. Me pregunto si a mí también me pasará. Me pregunto todavía más si la Meloncilla habrá heredado nuestra fortaleza (carácter desde luego que lo tiene), y si algún día le hará falta para salir adelante en un trance similar. Y si es por eso por lo que siempre he tenido claro que, antes de verla “mía”, he de verla “suya” y respetar su forma de ser, tratar de hacerla independiente y segura de sí misma.

Me pregunto si las mujeres de mi familia están haciendo de las suyas desde el pasado.

2 comentarios:

  1. También soy de los de menos cuarenta y también tengo amigos que interpretan energías y cosmogonías como si el universo estuviera más poblado de espíritu que de materia.

    La interpretación de tu amiga parece muy atinada y, desde luego tú la fundamentas y circunscribes muy bien. ¿No tiene que ver esto con la psicología más que con otra cosa? Psicología de tu amiga para describirlo y psicología tuya para adaptarlo.

    No sé como será tu hija, muchas veces los hijos se rebelan contra sus progenitores. No creo que sea el caso. En la última frase dejas claro que tú no vas a ser así. Nadie duda de que te hará falta comprensión con los alocados que son los jóvenes hoy en día pero desde la naturaleza de esa frase tengo claro que la tendrás siempre cerca y que en tu caso el vínculo de amiga se complementará con el de madre.

    Saludos.

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  2. Bueno, una cosa sí está clara, que en parte somos como somos por lo que nos enseñan e inculcan nuestros padres y familiares desde nuestra más tierna infancia, que absorbemos como esponjas, incorporamos a nuestros esquemas mentales y reproducimos de manera inconsciente.

    Quizás conocer las circunstancias nos lleve a desafiar ciertas creencias interiorizadas desde ni se sabe cuándo, romper algunas cadenas y ser más "nosotros" y menos "ellos". Esoterismo? Psicología? Programación neurolingüística? Llamémosle equis.

    En cuanto a lo de ser amiga de mi hija... Ojalá, pero ya veremos! Es una tentación muy grande que tenemos las madres hoy en día, pero me consta que muchas veces tendré que ser madre por encima de amiga, hacer de "mala" para hacerla crecer, y eso nublará nuestra "relación de amistad" ;)

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