Caía en la cuenta
el otro día, con mi hermana contándome que su vuelta a Munich aparecía como una
nueva etapa en su vida, se lleva a mi canguro de au-pair, un nuevo curso que
comienza, último de Kindergarten para M, segundo de colegio para T, y primero para
toda la familia sin su padre, sin su marido. Una nueva etapa.
Yo empiezo el
nuevo curso yéndome a las montañas, muy cerquita de los Pirineos, a un pueblito de diez casas y veintidos habitantes, dos semanas en medio de ninguna parte y rodeada de belleza con la
meloncilla y con los que más quiero. Tengo un comienzo de curso de lujo, y me
gustaría disfrutarlo. Así que aquí dejo mis propósitos de curso nuevo:
-
- Disfrutar
de los paseos por la montaña, llueva o haga sol, dejando que la meloncilla
camine tanto como quiera, y llevándola cuando no quiera en la mochila, con el
regalo extra de los besos que me da en la espalda cuando le da el arrebato, sin
que nadie se lo pida. Derretirme con ello una vez más.
-
Pararme
a menudo para enseñarle a la melona los tesoros de los bosques y las montañas,
al igual que este año conoció algunos de los de las dunas y la playa.
-
Observar
sus ojos de concentración cuando intenta entender lo que digo, cómo lo repite,
y el brillo en su mirada cuando lo ha entendido. No olvidarme nunca de esa
mirada.
-
Meter
a la meloncilla en mi cama por las mañanas cuando se despierta y dejar que me
despierte salvajemente montando a horcajadas sobre mi y saltando de aquí para
allá. Salir en pijama al balcón a respirar el frío aire de la mañana con la
nena en brazos y volver corriendo dentro. Levantarme cada día con una sonrisa
en la cara y preparar juntas su biberón.
-
Intentar
no desesperarme cada vez que su exceso de energía en días de lluvia nos deje
agotados intentando distraerla atrapados en una casa. Ser capaz de calmarme y
llevarla a un estado más relajado, jugar con ella y enseñarle cosas
-
No
quejarme tanto del cansancio, disfrutar de lo que la vida me pone por delante
-
Ser
capaz de mantener la calma en los momentos de tensión y no entrar al trapo en
las discusiones.
-
Querer
y quererme más, cuidar menos y dejar que me cuiden más.
-
Leer
mucho y paladeando las palabras, dejarme atrapar por un libro
-
Tener
charlas con mis seres queridos
-
No
planificar tanto, dejarnos llevar
-
No
exigir que todo sea perfecto, disfrutar el momento y lo que nos ofrezca,
disfrutar hasta de las agujetas.
-
No
machacarme
-
Absorber
toda la energía posible de las montañas.
A la vuelta
comprobaré cuántos propósitos he conseguido cumplir y cuántos se han quedado en
el camino. Son sólo dos semanas, no debería ser tan difícil…
Feliz septiembre
a todos.
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